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Si quieres cambiar el mundo y no sabes cómo hacerlo, sigue leyendo. La suma de todas las pequeñas acciones son las que generan un cambio. Dándole la importancia que tienen a nuestros pequeños gestos y actitudes diarias, todos podemos contribuir a cuidar de la biodiversidad marina y a mejorar la salud del mar y la de todos nosotros.
Transporte
Lo ideal es que, siempre que podamos, elijamos el medio de transporte que menos emisiones de CO2 genere.
No siempre podemos ir andando o en bicicleta, eso está claro, pero si podemos elegir, estas son las formas menos contaminantes que existen, ya que no emiten CO2. Para viajes más largos, te facilitamos algunos medios de transporte ordenados de más a menos contaminantes para que puedas tomar tus decisiones conscientemente: avión (200kg de CO2 cada 10km), coche (2,3kg de CO2 cada 10km), moto (1,5kg de CO2 cada 10km), autobús (0,9kg de CO2 cada 10km), tren (0,4kg de CO2 cada 10km).
Plásticos
El plástico es uno de los desechos que más contamina los oceános y por eso es importante usarlo y gestionarlo de manera responsable. Podemos comprar productos hechos de materiales más sostenibles y biodegradables en vez de plástico, como botellas de metal o bolsas de tela. Si compramos algo hecho de plástico, podemos reutilizarlo muchas veces dándole otros usos y alargando su vida útil. Y cuando ya no podamos reutilizarlo más, podemos reciclarlo, evitando así que llegue al mar.
Energía
La mala gestión o el gasto excesivo de la energía contribuye a la contaminación del planeta.
Una gestión responsable desde casa ayuda a combatir y a minimizar los efectos del cambio climático. Por ejemplo, desenchufando los aparatos eléctricos que no usemos, apagando las luces de las habitaciones en las que no estemos, poniendo el aire acondicionado a temperaturas no inferiores a 27ºC en verano, y la calefacción a temperaturas no superiores a 19ºC en invierno.
En la playa
Cuando vamos a la playa podemos cuidar del mar sin esfuerzo.
Si vamos a llevar algo de comida o bebida, es importante que nos llevemos todos los residuos que generemos y los tiremos a una basura. También podemos recoger y tirar basura que veamos en la arena o el mar aunque no sea nuestra. Y recuerda, todo lo que tiras al suelo, termina en el mar.
Al elegir tu crema solar, presta atención. Fíjate que entre sus ingredientes no esté la oxibenzona, ya que este bloqueador de la radiación UV se convierte en una fototoxina que provoca la muerte por blanqueamiento de anémonas y corales. Encontrarás muchas cremas solares que usan otros bloqueadores igualmente eficaces y que son respetuosos con la vida marina.
Cuando viajo
A la hora de hacer viajes largos podemos elegir el medio más adecuado. No siempre necesitamos usar el avión, sobre todo cuando viajamos a sitios a los que podemos llegar en coche o en tren. Siempre podemos encontrar métodos de transporte más sostenibles y menos contaminantes.
Cuando compro
Hay hábitos de compra sostenibles que podemos adoptar para cuidar el planeta.
Podemos comprar productos que no lleven muchos envoltorios de un solo uso (ya sean de plástico o de cartón) y podemos usar nuestras propias bolsas de tela para pesar la fruta y para llevar la compra.
Comprando productos locales y de cercanía, ayudamos a reducir las emisiones que se generan en el transporte de productos de larga distancia.
Si vamos a la pescadería, podemos preguntar sobre el origen del pescado que vamos a comprar. Eso nos dará una pista sobre si procede de pesca sostenible. Además, siempre es preferible comprar productos de temporada, ya que su cultivo ha necesitado muchos menos recursos.
Tortugas marinas
En los meses de verano, muchas tortugas marinas de todo el mundo vienen a nuestras playas a poner los huevos de donde nacerán sus crías.
Cuando vayamos a la playa, podemos informarnos de las campañas de protección y protocolos de actuación locales.
Y si vemos un rastro de tortuga en la arena, un nido, o una tortuga, debemos llamar al 112 e informar para poner en marcha el protocolo de varamientos y ayudar así a proteger a las tortugas marinas.
Mamíferos marinos
Si vamos realizar avistamiento de cetáceos en el mar, debemos asegurarnos de que la empresa que lo va a realizar posee la certificación adecuada. Así sabremos que la actividad se realizará de manera respetuosa con la vida marina.
Si nos encontramos un cetáceo, por ejemplo un delfín, varado en la playa, lo primero que debemos hacer es llamar al 112 para avisar a los técnicos y que puedan iniciar el protocolo de protección lo antes posible.
Mientras llegan, podemos rodear y proteger el área hasta que lleguen los técnicos y evitar devolverlos al agua. En ese rato, podemos usar los cubos para echarles agua por encima para proteger su piel y ayudarles a mantener su temperatura corporal.
Posidonia
Posidonia oceanica es una planta marina endémica del Mar Mediterráneo. Forma praderas submarinas que sirven de cobijo, alimento y refugio para más de 1.400 especies de seres vivos. Además, proporcionan oxígeno, mejoran la calidad del agua en las que crece y absorben CO2, ayudando así a aliviar los efectos del calentamiento global.
Sin embargo, la contaminación, la pesca de arrastre, el dragado de los fondos marinos, el fondeo de las embarcaciones o las prácticas turísticas poco respetuosas pueden dañar seriamente las praderas y la salud del Mar Mediterráneo.
¿Sabes reconocer una playa que tiene cerca una pradera de Posidonia oceanica? Es muy fácil, en la playa encontrarás la posidonia de 3 maneras: en forma de "aceituna" (frutos), en forma de "pelota" o "galleta", y en forma de arribazón.
La posidonia tiene un ciclo anual muy bien definido: en primavera y verano la planta crece y se desarrolla, y es muy común que nos encontremos con "pelotas de posidonia" en la playa (pequeñas esferas de color marrón formadas por fibras del tallo de la posidonia. Si las han pisado, tendrán aspecto de galleta).
Durante el otoño pierde sus hojas, que llegan a las playas formando los arribazones. Estos pueden darle un aspecto sucio y descuidado, incluso pueden llegar a desprender olores fuertes, pero es muy importante cuidarlos, pues van a fijar la arena de las playas, son fuente de nutrientes y dan refugio a decenas de especies.
Conocer nuestras costas y nuestras especies nos ayuda a entender y proteger nuestros ecosistemas.